Entre xenófobos y xenofobia, la fauna local ahora tiene una nueva especia: la de quienes utilizan sus medios de comunicación para transmitir su odio personal a quienes no nacieron en esta tierra pero la comparten. Los medios de comunicación en Panamá, de manera directa o indirecta, son utilizados por estos mediocres para difundir información usualmente manipulada, sesgada y hasta directamente falsa, sobre hechos y situaciones que pondrían a la opinión pública en contra de quienes vienen a nuestro país a buscar una nueva oportunidad ya sea laboral o de estudios. No es un fenómeno nuevo. Las redes sociales hasta ahora han sido el altavoz más utilizado, pero lamentablemente, siempre hay quien intenta utilizar, desde su mediocridad intelectual y marginalidad como persona, este tema para cubrir con un manto de odio las falencias que la sociedad panameña ha decidido perdonar a los suyos.
Ahora, no hay que ser deshonestos: este país necesita una reforma migratoria con urgencia. Y la falta de ella, además de la nula cantidad de mensajes contra la xenofobia por parte de quienes regentan el poder político hoy, hace que uno se pregunte si esta situación no esté siendo promovida, de manera solapada, para usar la misma como cortina de humo ante la inutilidad de su gestión.
Es cierto que, desde casi todas las nacionalidades, hay quienes manifiestan cosas que lo único que demuestran es su insatisfacción por estar en nuestro país. Esos son los menos. Pero se potencian y exacerban sus acciones, al punto de que en Panamá se vende una realidad muy distinta a lo que se discute en muchos medios de comunicación.
Personalmente siento asco por quienes, con la posibilidad de conducir la opinión pública, la utilizan para exteriorizar su odio a través de la manipulación de la información, potenciando situaciones, dando cabida a otros que comparten sus sentimientos de desprecio y repulsa por los semejantes.
Los medios de comunicación en Panamá deben contribuir a la concordia nacional. Nuestras escuelas y universidades deben enseñar que la competencia es sana venga de donde venga, y que nuestra meta debe ser siempre ser mejores en lo que hagamos, no importa cuál sea el obstáculo que se encuentre.
Fomentar el odio es lo que ha traído desgracia y muerte en muchos de los países hermanos. A esto hay que sumar una marcada tendencia a educarnos para ser esclavos de las opiniones de quienes nos manipulan, nos envenenan nuestras mentes y aprovechan esto para trabajar en función de sus más oscuros intereses.
No sé si lo han notado, pero ya los extranjeros no vienen a Panamá a vivir. He conversado con diversos promotores de bienes raíces, y esta es la realidad actual. Ante este escenario, toda una industria se viene abajo, gracias a campañas confeccionadas con el propósito de desviar la atención de los reales problemas del país.
He detectado que en los medios de comunicación hay quienes siguen este juego, siendo quintas columnas infiltradas en las redacciones que, con instrucciones muy bien impartidas desde los que deberían ser nuestros garantes del bienestar social, utilizan los mismos para promover valores y sentimientos adversos solo conocidos en la época de la Constitución racista de 1941.
Todos los expertos coinciden en los mismos: el crecimiento de este país ha tenido excepcionalidad, gracias a la participación de extranjeros de diferentes partes del mundo.
Les pido a los dueños de medios de comunicación y sus directivos, estar más pendientes de estos mercaderes del odio, que se enquistan para hacer el mal y aprovechan la falta de supervisión y línea general para hacer un favor a quienes, de mala manera, necesitan cortinas de humo para que no sepamos la verdad que nos rodea.
Escrito por Guillermo Ruíz quien es Estratega-consultor político y publicado en panamaamerica.com.pa.
12 de mayo de 2017Opinión
